La chuleta, la mejor amiga de la sidra en Alorrenea
Alorrenea es una sidrería joven. Abrió sus puertas en el año 2001, cerca del lugar en el que Astigarraga linda con Martutene. Fue el resultado de un duro trabajo. Compraron el caserío, lo remodelaron y lo prepararon todo para empezar a producir sagardoa y poner en marcha el restaurante. Hasta entonces, Garbiñe Etxezarreta y Xabier Mariezkurrena habían estado trabajando en hostelería y elaboración de sidra, y habían adquirido una amplia experiencia. Ese conocimiento dio sus frutos enseguida, y a los pocos años Alorrenea se había hizo con un nombre y recibió varios premios.
Reserva en al sidrería Alorrenea
Texto y fotos: Haritz Rodriguez Ciderzale
En Alorrenea se funden la elaboración de la sidra y la hostelería. Además, es una sidrería que está abierta durante todo el año, más allá de la temporada del txotx. De enero a mayo ofrecen el menú tradicional de sidrería, pero también se preparan otros platos en su cocina, como el bacalao en salsa. Por si acaso, es preferible pedirlo con antelación, pues estos platos se preparan dependiendo de la demanda de cada temporada. Pintxos, carnes y pescados a la parrilla y otros platos inspirados en la gastronomía tradicional vasca completan el menú.
La sidra es, como no podía ser de otra manera, la jefa de Alorrenea. Las barricas de madera están ubicadas en una de las alas del enorme comedor. Desde ellas se puede degustar al txotx la sidra que luego será embotellada bajo las marcas Gorenak y Euskal Sagardoa. En 2011 obtuvo el primer premio del Concurso de Sidra de la Diputación de Gipuzkoa, y en 2016 ganó el de Kizkia Taldea, entre otros.
¿Y que mejor amigo para acompañar esta excelente sidra que una buena chuleta? A Alorrenea su fama le viene de la sidra, pero también de los platos que sirven en el restaurante, y entre ellos el rey es el chuletón y probablemente la especialidad más conocida. Suelen tenerlos expuestos frente a la parrilla que está al lado de la entrada, acaparando la atención de todo el que cruza la puerta. Esas son las que luego se comerán, después de pasar por las brasas.
Al otro lado del mostrador está Jokin, hijo de Garbiñe y Xabi. Ayuda en los trabajos de la sidrería desde bien joven, y le ha cogido el gusto especialmente a la parrilla. Sujeta un hacha corta en su mano, y está troceando las chuletas una a una. Una vez atemperadas irán a la parrilla, como le enseñó su padre, y de allí a la mesa de los comensales. Alorrenea es un ejemplo claro del trabajo en familia. Aquí cada uno tiene su responsabilidad.
Mientras le pega unos hachazos a la cinta de carne, le viene a la memoria una anécdota. Una vez el actor Gran Wyoming fue a cenar al restaurante, y estuvo disfrutando de la sidra entre barrica y barrica. Cuando se interesó por el trabajo de la parrilla, no dudó en aceptar la invitación para enarbolar el hacha y ponerse a partir chuletas. El famoso presentador se convirtió así por un momento, entre risas y fotos, en un trabajador más de Alorrenea.
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